Delfi Young

#3: Quién te creés que sos

La última vez empezamos a tacklear la complejidad que rodea al género. También mencioné identidad y expresión de género. Vamos a profundizar en esos temas.

La identidad de género es la autopercepción de cada uno sobre su género, sea hombre, mujer, ambos, o ninguno de los dos. La identidad de género que cada uno experimenta no es visibile externamente por otros.

Todos, consciente o inconscientemente, tenemos una identidad de género. Te sentís bien siendo mujer? (lo que sea que eso signifique para vos). O siendo un hombre? O ambos? Ninguno se siente bien? ¿cómo se puede percibir ambos o ninguno? Yo también me lo preguntaba, lo veremos más adelante.

Lo que hay que saber ahora es que la identidad de género puede cambiar en el tiempo, y que nadie más puede saber con qué género nos percibimos a nosotros mismos.

Por otro lado…

La expresión de género es cómo una persona comunica género externamente a través de cómo se comporta, viste, habla, gesticula, etc. La sociedad en la que estamos inmersos define qué acciones y comportamientos se asocian al género hombre o mujer, y como todo definido por la sociedad, también puede cambiar en el tiempo.

En pocas palabras, la expresión de género es lo que “usamos” para expresar nuestra identidad de género autopercibida, así la misma puede ser entendida externamente por otras personas.

Para algunas personas, la identidad de género corresponde con el género asignado al nacer. Para otras, no, y pueden sufrir de disforia de género: un sentimiento de incomodidad porque no coincide el género asignado al nacer y su identidad de género. Esta insatisfacción puede ser muy intensa y llevar como mínimo a depresión/ansiedad, teniendo un impacto negativo en el día a día de la persona.

GLSEN Gender Terminology GLSEN

Va un ejemplo de disforia de género y cómo el género asignado, la identidad de género y la expresión de género interactúan juntas (pero no se determinan mutuamente).

Necesitamos comprar un juguete para alguien de 5 años.

Nació hombre (sexo). Supongamos por un momento que no sabemos ya que sexo y género son independientes el uno del otro, entonces esperamos que como nació hombre, su género sea hombre y actúe masculino para encajar en las construcciones sociales de género que le asignamos/atribuimos.

Vamos a la juguetería. Hay una sección para varones y otra para mujeres. La sección de varones tiene más colores grises y azules, hay camiones, superhéroes, autos… Mientras que en la sección de mujeres hay más rosa, vestidos, brillos y muñecas. No nos cuestionamos por qué hay secciones diferentes para cada género, ni quién determina que el azul es para varones y el rosa para mujeres. Eso también es género.

Sabemos si al de 5 años le gustaría jugar con camiones, o si le gustaría vestirse como princesa? No. Pero no nos preguntamos eso porque no nos cuestionamos nada de género y sabemos que nació hombre y los hombres actúan masculino. Llevamos el camión.

El de 5 crece. Internamente, se percibe como mujer y se identifica con ese género. Empieza a expresar ese género actuando femenino. Se deja crecer el pelo, usa vestidos, se pinta las uñas y usa maquillaje (por decir acciones socialmente relacionadas con lo femenino, aunque sabemos que esto es estereotípico). Le pide a la gente que lo llamen con el pronombre “ella”, así que de ahora en más la llamamos así. El resto sigue viéndola como un hombre porque tiene barba y órganos sexuales masculinos. Por medio de cirugías y hormonas, feminiza su cuerpo para expresar mejor el género que quiere comunicar y para sentir que coincide su identidad de género con el género que le asignan otros, así no sufrir tanta disforia de género. Ahora, cuando la ven, ven una mujer, entonces no le asignan el género hombre sino el género mujer.

#género #sexualidad