Para mi mamá,
por ser quien yo necesitaba que fuera
para ser quien soy
Agradecimientos
Al Universo
a la naturaleza
a la aurora boreal
a la pandemia
A los lectores de este libro
a Bea, Mai, Quimo y Kari
a Vale y Ana
a mis compañeros de trabajo
a Edu
a Vivian
a Lu y Eri
A Anna
a Pal y a Flor
a mis amigos a través de todo,
en especial a Lena, More, Delfu, Jana y Juh
a Agus y a Agus
a Maru
a mamá y papá
a mis hermanos
a Juan y Flor
a Cande
a G
a Lina
a Caro
a Mili
A mí
Prólogo: Sobre este libro y cómo lo hice
Nací en Rosario pero me crié en Buenos Aires. Me fue bien en el colegio, luego en la facultad y ahora en mi profesión que tiene que ver con lo tecnológico. Desde niña me vinculé en ámbitos y actividades asociados a lo masculino. Siempre tuve la sensación de que algo en mí era distinto al resto.
A los 17 años tuve una relación con una chica que me puso frente a frente con los mandatos sociales, religiosos y familiares. Lo que sucedió en esa época marcó el inicio de una década de oscurecimiento y férrea represión de mi deseo hacia otras chicas, pero también de profunda introspección e indagación sobre mí misma. Una década que tuvo como fin la aceptación de mi deseo y la apertura para explorar mi sexualidad lo más libremente posible, a mis 27 años, en medio de una cuarentena producto de la pandemia mundial.
Esta historia es también, a nivel general, sobre cómo encontré el amor interior para desbaratar la autoexigencia, la racionalidad y la impaciencia que predominaban en mí desde que tengo memoria.
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Al principio no viví mi sexualidad con fluidez. O mejor dicho: la viví en mi adolescencia, y luego la reprimí durante 10 años. Exploré a escondidas, hablando poco, intentando que nadie me viera y sobre todo mintiendo. Mentía porque no estaba lista para contar la verdad. En realidad, ¿qué era la verdad? Ni yo lo sabía. Pero empecé a descubrirla.
Desde que acepté que me atraen tanto hombres como mujeres y asumí esta exploración todo me hace más sentido. Los comportamientos y detalles más pequeños de la vida cotidiana fluyen en esta nueva modalidad. Lo que no coincidía era mi manera de pensar dentro del lenguaje de la sociedad y de la gente que me rodeaba. Es como si toda la vida hubiera querido ponerme dos zapatos izquierdos — ahora encontré el derecho y me calza bien.
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Escribo estas páginas iniciando un viaje con lo que tenía puesto y no sé dónde terminará. En mi mochila no hay experiencia en investigación ni escritura de biografías o ensayos. Tampoco cuento — por ahora — con tiempo o herramientas para abarcar una literatura obligatoria (Beauvoir, Butler, Woolf, etc) para hablar sobre cuestiones de género, ni dedicarme a analizar las investigaciones pertinentes. Habrá que improvisar en el camino.
Me vi tentada a abandonar la idea de publicar algo y recién hacerlo cuando estuviera más preparada. Siendo consciente de este clásico mecanismo en mí — perfecto o nada — entendí que era de vital importancia publicar lo que fuera, pero publicar algo. Además, me resulta de extrema urgencia que este texto salga a la luz, con la información que sea, por dos motivos:
En primer lugar, el de ayudar a alguien que esté atravesando un proceso similar. Que sepa que no está solo. No quiero que este texto espere más tiempo para llegar a manos del que lo necesite. En base a mi experiencia personal me permito arriesgar que para quien se cuestiona es más útil saber mi testimonio que los detalles académicos sobre el mundo de la sexualidad.
En segundo lugar, publicar me incentiva a dibujar el mapa del territorio descubierto cuando todavía está fresco en mi memoria. Como el pionero que hace una pausa en el camino, este libro es el descanso para reflexionar y documentar lo encontrado hasta el momento. Para avanzar más ágilmente, decidí que:
- Publicaré esta primera versión e iré completándola en sucesivas versiones.
- Tomaré dos libros que combinaran la autobiografía y el ensayo y copiaré la manera de resolver algunas cosas. Por ejemplo, diálogos, datos, nombres.
En un rápido repaso por mi biblioteca, me decanté por Días de Viaje de Aniko Villalba y El fin del amor de Tamara Tenenbaum.
- En mi texto no profundizaré en definiciones precisas de varios términos referidos a orientaciones sexuales y géneros. Tampoco hablaré en lenguaje inclusivo. Hablaré de “hombres” y “mujeres” en un binarismo que me gustaría cambiar, pero es el lenguaje que hoy tengo.
- Durante varios viernes tendré una call con una amiga que también está escribiendo un libro. Nos planteareamos dudas y soluciones. Me ayudará con la accountability y la compañía.
- Será un trabajo artístico basado en mi vida y con componentes ficcionados.
Con premura, entonces, me aferré a esta escritura con todo lo que puedo, siendo consciente de mis privilegios y de las limitaciones de mi propia experiencia.
Una última aclaración: no pretendo ahondar en cuestiones filosóficas, ni que esto sea un manual del estilo: “si te pasó A, B o C, como a mí, te va a pasar: D, E y F”. No creo que nadie deba identificarse con nuevas identidades sólo porque haya tenido episodios similares a los míos.
Como en muchos ámbitos de la vida, hay un mapa con infinitos senderos y este es uno que abarca todos mis cuestionamientos. El objetivo de mi testimonio es que sirva como uno de los posibles caminos por los cuales recorrer el género y la sexualidad. A mí me sirvió conocer experiencias de otros para poder hacer sentido a lo que me pasaba, darme cuenta de que no era casualidad, que iba hacia algo, que los puntos se conectaban.
Más allá de todo, este futuro libro es simplemente mi manera de decir “si te pasó lo mismo que a mí, seas lo que seas y te guste lo que te guste, ya somos dos”.